Empecé un proyecto por el tejado, este experimentando.me.
Le puse muebles nuevos, ventanas de segunda mano y dejé la despensa y el frigorífico repletos de mis mejores recetas.
¿Cómo se me ocurre vender una casa en un pueblo no habitado, si llevo años vagabundeando en las calles de lo online?
Como empecé por el final, con una casa preciosa pero sin gente, también te diré mis conclusiones antes de tiempo: quise monetizar sobre la IDENTIDAD.
Vendí cartas electrónicas
Divulgar y cobrar por ello.
Monté un tinglado para que tú leas emails con la misma avaricia con la que deslizas tiktoks-stories-shorts-flipflops. En un momento en que tu capacidad de atención parece haber alcanzado mínimos históricos, me aventuraba a ofrecerte palabras, e incluso imágenes, que demandaban más de dos minutos de tu enfoque total.
Pero
La experiencia en el mundo se confunde con la gestión corporativa de nuestro yo
No trataba sólo de escribir, sino de saber sobre gestores de newsletters, sobre ventas, persuasión, fiscalidad, publicidad…
Y me cansé
El gran motivo: hasta el moño de esta presión autoimpuesta de tener que rendir y ser mujer orquesta no matter what.
Hoy en día todos nos hemos de “inventar nuestro propio trabajo”, hacer de nuestra vida una startup y abrazar la inestabilidad del mercado laboral como una oportunidad inspiradora.
¿Yo misma soy una empresaria empresa?
El filósofo Eudald Espluga (me) describe así: entregada, creativa, workaholic, alegre, socialmente comprometida, autónoma, techie, sobrecualificada, cosmopolita, atrevida.
Una mujer muy de mi tiempo, una trabajadora ideal del capitalismo tardío.
Pues hasta el moño. Ahora soy una mujer que cada día quiere tomarse las cosas menos en serio.
Aunque no puedo escapar
Vale, acepto que soy un ser contradictorio, que seguiré escribiendo porque sigo queriendo ser leída.
Aunque mi objetivo es noble: quiero mejorar mi pensamiento crítico, y el tuyo.
Solo estoy cambiando de terreno para mi nueva casa (total, ya tengo los muebles). Me mudo a esta gran metrópolis que es Substack para proseguir mi búsqueda del Quién Soy, contigo. ¿Te unes?
Porque la búsqueda por nuestra individualidad la tenemos que hacer solos, a la vez que con los demás, que somos una mezcla de monos-hormiga que convivimos en sociedad.
Y de hormigas va el siguiente email.
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Beatriz! Que bueno encontrarte por aquí! (Igual que @arlenebayliss). Veo que los escritores nos reencontramos. Un abrazo!
Bienvenida.